El pueblo o villa de Foces aparece mencionado en un documento de concordia entre el obispo de Huesca y el abad de Montearagón, pocos años posterior a la conquista aragonesa de las tierras de la Hoya. Dicho pueblo existía aún, como hemos visto , en el siglo XIII. Sin embargo en el siglo XV ya estaba despoblado. Foces es así pues, una más de las numerosas poblaciones medievales que quedaron desiertas a consecuencia de la dura crisis del siglo XIV, que tuvo en la Peste Negra de 1348 uno de sus acontecimientos más dramáticos. Con el tiempo desaparecieron también la encomienda sanjuanista de Foces y el señorio sobre el lugar, hasta llegar a la situación actual, en que la iglesia de San Miguel de Foces forma parte del término municipal de Ibieca.